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La Profecía del Asteroide.

Era ya avanzada la noche cuando el equipo decidió dar por terminada la jornada. Las mentes estaban agotadas, pero la emoción por los descubrimientos realizados mantenía a todos en vilo. Se despidieron en el laboratorio, conscientes de que el día siguiente traería consigo más revelaciones y desafíos.

KARL, Sara, Lupe y AMIR se reunieron en el pasillo principal para las últimas palabras del día. KARL, con una sonrisa de cansancio, agradeció a todos por su arduo trabajo.

—Hemos hecho grandes avances hoy, pero necesitamos descansar para enfrentar el día de mañana con energías renovadas. Nos vemos aquí temprano.

Sara asintió, guardando sus notas en su bolso.

—Sí, definitivamente necesitamos estar en nuestras mejores condiciones. Buenas noches a todos.

Mientras todos comenzaban a recoger sus pertenencias, KARL notó algo extraño. Lupe estaba buscando algo con disimulo debajo de las sillas y los escritorios. Sus movimientos eran nerviosos y su expresión, preocupada.

—¿Pasa algo, Lupe? —preguntó KARL, intentando sonar casual.

Lupe levantó la cabeza rápidamente, sorprendida por la pregunta.

—Oh, no, nada importante. Solo… Creo que se me cayó algo. Pero ya lo encontraré mañana.

KARL asintió, aunque notó la preocupación en su rostro. Decidió no presionarla más y se dirigió a la salida.

—Bueno, será mejor que nos vayamos. Necesitamos descansar.

Lupe forzó una sonrisa y asintió, apresurándose a seguir a KARL hacia la puerta. Su mirada barría el suelo una última vez, claramente frustrada por no haber encontrado lo que buscaba.

El viaje de regreso a casa fue silencioso. KARL miraba sus notas, su mente aún estaba procesando los descubrimientos del día, mientras que Lupe miraba por la ventana, claramente perturbada. Intentaba disimular su preocupación, pero KARL, quien la conocía bien, notó su inquietud.

—¿Seguro que todo está bien? —preguntó nuevamente, con una voz suave.

Lupe giró la cabeza hacia él, intentando esbozar una sonrisa tranquilizadora.

—Sí, solo estoy un poco cansada. Ha sido un día largo.

KARL asintió, la tenía lo que ella estaba buscando. Decidió no presionar más, sabiendo que el descanso les vendría bien a ambos.

Al llegar a casa, Lupe inmediatamente entró a darse una ducha y salió envuelta en la toalla, rápidamente se colocó un camisón bastante transparente y muy corto se metió en la cama. La noche prometía ser corta, pero llena de sueños sobre los secretos antiguos y los misterios aún por desentrañar.  No estaba segura si KARL la buscaría esa noche y no sabía cómo comportarse, la verdad había tenido bastante de eso durante el día. Se Mordió el labio inferior con una sonrisa.

Aunque intentaba convencerse de que todo estaba bien, no podía quitarse de la mente la sensación de que algo crucial estaba fuera de lugar.

KARL, por su parte, revisó sus notas y se preparó mentalmente para el día siguiente. Se sentó en la salita, revisó y ordenó su mente y sus notas, esperaría el momento apropiado para devolverle a Lupe lo que había perdido; se rio. Sabía que estaban en un punto crítico y sin retorno. La relación ya estaba rota, él era tonto, pero no tanto. Con estos pensamientos, se dejó caer en sofá, lo mejor era estar allí por lo menos una hora esperando con ansias el amanecer.

A medida que la noche avanzaba, la casa se sumió en el silencio. KARL se levantó se desvistió y se acostó al lado de Lupe que dormía profundamente, o eso parecía.

Con el descanso de la noche, el equipo se fortalecería para enfrentar lo que les esperaba. La jornada siguiente prometía ser crucial en su misión por entender los misterios del pasado y salvar el futuro de la humanidad.

Lupe se levantó un poco adolorida ayer había sido un día muy fuerte. Se rio entre dientes, debía aprovechar el tiempo de los saludos y el café de la mañana en el laboratorio.

Fue un desayuno en silencio, los dos miraban sus notas, y hacían pequeñas anotaciones, habían acordado no discutir cosas de la investigación en la casa, nada trascendental, debía ser en el laboratorio, era una forma de intentar separar su vida privada de la investigativa, no siempre se podía, pero lo intentaban.

Sonó el claxon de un vehículo afuera, KARL se levantó le dio un beso en la frente y le dijo ¡vamos, hoy será un gran día!

Lupe con una sonrisa y un guiño en los ojos, le tomo del cuello de la camisa y le dijo en tono pícaro y si quieres la noche también.

KARL, se golpeó el pecho y fingió una exagerada tos, ambos salieron de la casa entre risas y pequeños empujones. El día iniciaba bien.

El equipo se reunió temprano en la mañana, listos para continuar con la investigación. La primera tarea del día era determinar la composición del material de las tablas y del cubo. En el laboratorio, KARL, Sara, Lupe y AMIR observaron con atención mientras los técnicos preparaban las muestras para el análisis.

Lupe, aún con la mente parcialmente ocupada por sus recientes encuentros con Amir, se esforzaba por concentrarse en su trabajo.

—Vamos a realizar una espectrometría de masas y un análisis de difracción de rayos X —explicó AMIR, ajustando los equipos—. Esto nos dará una idea precisa de los elementos presentes en el material.

KARL asintió, observando los procedimientos con interés.

—Recuerden que estas tablas provienen de los Andes, como se mencionaba en la tabla encontrada en la Esfinge. Si es así, el material podría tener propiedades únicas.

Sara, tomando notas detalladas, agregó:

—También debemos tener en cuenta la edad del material. Estas tablas podrían tener más de 50,000 años, lo cual es asombroso en sí mismo.

Después de varias horas de análisis meticuloso, los resultados comenzaron a llegar. Lupe y AMIR revisaron los datos juntos, sus cabezas casi tocándose mientras discutían los detalles.

—Esto es increíble —dijo AMIR, señalando la pantalla—. La composición de estas piedras es única. Contienen un mineral que no habíamos visto antes, algo similar al cuarzo, pero con una estructura atómica más compleja.

KARL se acercó, mirando los resultados.

—¿Y el cubo? ¿Qué hemos encontrado sobre él?

Lupe revisó los datos del cubo.

—El cubo está hecho de un material que se asemeja al titanio y al vanadio, pero es mucho más resistente y liviano. Este material no parece ser de origen terrestre. Podría ser una aleación creada por los Anun k

Sara, impresionada por los hallazgos, comentó:

—Esto confirma que los Anun k no solo trajeron conocimientos avanzados, sino también materiales que no existen en la Tierra. Debemos proceder con el análisis de las tablas para entender mejor su mensaje.

Todos estuvieron de acuerdo, ahora deberían centrarse en el mensaje de las tablas, estaban marcadas así que no es difícil saber cuál es el principio.

El equipo se reunió temprano en el laboratorio. Se había vuelto una costumbre el beber una taza de café todos los días en el jardín para luego dar inicio a la labor titánica que se les venía encima. Algunas bromas y un par de minutos de interacción. Lupe se escabullo de esa pequeña reunión y rápidamente entró al laboratorio, quedo descorazonada, todo estaba impecable, es claro que habían hecho aseo, y con certeza el personal de aseo había encontrado lo que ella buscaba. Seguro encontraría en la tarde el momento oportuno para hablar con ellas sabía que eran discretos y de confiar, si no, no trabajarían en el laboratorio con Ahmed. Estaban enseñados a: no ver, no oír, no hablar. Se sintió un poco más tranquila. Sólo un poco.

Todos poco a poco ocuparon sus lugares, al parecer no se percataron que Lupe no estuvo presente en el jardín.

La atmósfera estaba cargada de emoción y anticipación mientras se preparaban para descifrar las seis tablas de piedra encontradas en los nichos del arco. KARL, Sara, Lupe y AMIR estaban listos para enfrentar el desafío que tenían por delante.

Las tablas de piedra habían sido cuidadosamente limpiadas y colocadas en una mesa grande. Cada una estaba marcada con una pequeña muesca en la esquina inferior derecha, indicando un orden específico de lectura. La primera tabla, marcada con una única muesca, fue la que decidieron abordar primero.

Sara, con su experiencia en lenguas antiguas, tomó la delantera en la traducción, mientras los demás observaban con atención. La superficie de la tabla estaba grabada con símbolos complejos y líneas de texto que narraban una historia.

—Esta primera tabla parece hablar sobre el origen de los Anun—Ka —dijo Sara, comenzando a descifrar los símbolos—. Habla de su viaje desde las estrellas, en busca de un nuevo hogar.

A medida que Sara continuaba la traducción, la historia comenzó a tomar forma:

La historia de los Anun ka se revelaba ante sus ojos

Hace milenios, en un sistema estelar lejano en la constelación de Sirio, una civilización avanzada enfrentaba la extinción. Su planeta natal, agotado por siglos de explotación y guerras, ya no podía sustentar la vida. Los Anun—Ka, como se llamaban a sí mismos, eran seres de gran inteligencia y conocimiento. Sus cuerpos eran esbeltos y de piel metálica, con ojos grandes y luminosos que reflejaban la sabiduría de mil generaciones.

Desesperados por encontrar un nuevo hogar, los Anun—Ka construyeron enormes naves espaciales, capaces de viajar a través de las vastas distancias del cosmos. Estos vehículos, impulsados por energía de fusión avanzada, fueron diseñados para soportar generaciones de viajeros.

El viaje fue largo y arduo, marcado por desafíos y sacrificios. Viajaron por siglos, cruzando galaxias, enfrentando peligros inimaginables y adaptándose a las condiciones extremas del espacio. Durante este tiempo, los Anun—Ka desarrollaron una tecnología aún más avanzada, capaz de trasformar planetas y crear hábitats autosuficientes.

Finalmente, llegaron al sistema solar, atraídos por las características únicas de la Tierra. Este planeta, con su abundante agua y atmósfera adecuada, ofrecía las condiciones perfectas para una estación de tránsito. Los Anun—Ka sabían que no podían simplemente tomar el planeta sin más. Necesitaban integrarse y coexistir con las formas de vida ya presentes.

La Tierra se convirtió en una parada obligatoria para los Anun—Ka. Aquí podían descansar y repostar sus suministros antes de continuar su largo viaje hacia el otro extremo de la galaxia, donde habían identificado un nuevo hogar potencial. La Tierra, con su abundancia de recursos, proporcionaba el entorno perfecto para recuperarse y reabastecerse.

Los Anun—Ka aterrizaron en la región que hoy conocemos como Mesopotamia, una tierra fértil entre los ríos Tigris y Éufrates. Su llegada causó asombro y temor entre los humanos primitivos que habitaban la zona. Sin embargo, los Anun—Ka, con su avanzada tecnología y conocimiento, pronto demostraron que venían en son de paz.

Establecieron una relación de colaboración con los humanos, compartiendo su tecnología y enseñándoles nuevas formas de agricultura, construcción y organización social. Bajo la guía de los Anun—Ka, la civilización humana floreció, desarrollando estructuras monolíticas y sistemas de riego avanzados que aún hoy nos asombran.

La primera tabla concluye con una advertencia. Los Anun—Ka sabían que su tecnología, aunque beneficiosa, también podía ser peligrosa si caía en las manos equivocadas. Por eso, decidieron ocultar sus conocimientos más avanzados, dejando pistas y enseñanzas sólo a aquellos que demostraran ser dignos y capaces de comprender y manejar tal poder.

—Esto es increíble —dijo KARL, fascinado por la historia—. Estamos hablando de una civilización que no solo vino a la Tierra, sino que también influyó directamente en el desarrollo de nuestras primeras sociedades.

Lupe, quien había estado tomando notas meticulosamente, levantó la vista de su cuaderno.

—Y si estas tablas son correctas, hay mucho más por descubrir. Tenemos que traducir las demás para entender completamente lo que nos están tratando de decir.

Amir, con una sonrisa, añadió:

—Y parece que apenas estamos empezando. Si la primera tabla ya nos reveló tanto, no puedo esperar a ver qué nos dicen las siguientes.

La emoción en el laboratorio era palpable. Sabían que cada paso que daban los acercaba más a comprender el legado de los Anun—Ka y el destino que le deparaba a la humanidad. Con renovada determinación, se prepararon para continuar su trabajo, sabiendo que lo que descubrían podría cambiar la historia para siempre.

Después de la intensa sesión de trabajo descifrando la primera tabla, el equipo decidió tomar un pequeño descanso para recargar energías. La emoción en el laboratorio era palpable, pero sabían que necesitaban un momento para relajarse y asimilar lo que habían descubierto.

En una mesa cercana, Sara había dispuesto una variedad de panecillos árabes, queso fresco y una jarra de limonada con menta. La refrescante bebida y los deliciosos bocadillos ofrecían el respiro perfecto.

—Bueno, esto es definitivamente un cambio respecto a nuestra dieta habitual de expedición —bromeó KARL, tomando un panecillo y untándole un poco de queso.

—¿Te refieres a las interminables barras de energía y las latas de comida? —respondió AMIR con una sonrisa—. Sí, esto es un lujo.

Lupe, disfrutando de un sorbo de limonada, añadió:

—Hay que aprovechar estos momentos. Nunca sabemos cuándo tendremos otra oportunidad para relajarnos así.

Sara, con un aire de satisfacción, comentó:

—Esto me recuerda a los días en la universidad, cuando nos quedábamos hasta tarde en el laboratorio y hacíamos pausas con cualquier cosa que pudiéramos encontrar en la cafetería.

KARL, con una chispa de nostalgia en sus ojos, respondió:

—Sí, y siempre terminábamos discutiendo sobre quién hacía el mejor té. Por cierto, aún sostengo que el mío era superior.

El grupo rió, aliviando un poco la tensión acumulada.

—Deberíamos hacer esto más a menudo —dijo Lupe, mirándolos a todos—. Un pequeño descanso para mantenernos cuerdos.

—Totalmente de acuerdo —asintió AMIR—. Pero ahora que hemos recargado energías, creo que estamos listos para enfrentar la siguiente tabla. ¿Qué opinan?

KARL levantó su vaso de limonada en un brindis improvisado.

—A seguir desentrañando los misterios de los Anun—Ka. ¡Salud!

Todos levantaron sus vasos, compartiendo una sonrisa antes de volver a concentrarse en la monumental tarea que tenían por delante.

La segunda tabla revelaba la interacción directa entre los Anun—Ka y los habitantes primitivos de la Tierra. Los símbolos, cuidadosamente tallados y alineados, contaban la historia de cómo los visitantes del espacio, con su conocimiento y tecnología avanzada, empezaron a compartir su sabiduría con los humanos.

El Fuego y la Herramienta:

Los Anun—Ka enseñaron a los humanos a controlar y utilizar el fuego, un elemento esencial para el desarrollo de cualquier civilización. A través de detalladas ilustraciones, la tabla mostraba cómo los extraterrestres instruyeron a los humanos en la creación de herramientas básicas de piedra y metal. Este conocimiento no solo mejoró las capacidades de caza y defensa de los humanos, sino que también sentó las bases para la elaboración de utensilios más sofisticados.

Talla en Piedra:

Las técnicas avanzadas de talla en piedra, transmitidas por los Anun—Ka, permitieron a los humanos construir estructuras más duraderas y complejas. Las tablas detallaban el uso de herramientas específicas para esculpir y trabajar la piedra con una precisión sorprendente. Esto incluía desde pequeñas herramientas hasta la creación de bloques gigantescos que se convertirían en los cimientos de la arquitectura megalítica.

Lenguaje y Escritura:

Otro pilar de la enseñanza de los Anun—Ka fue el desarrollo de un lenguaje estructurado. A través de símbolos y sonidos, los extraterrestres ayudaron a los humanos a formar un sistema de comunicación más complejo y eficiente. La tabla mostraba cómo se crearon los primeros pictogramas y cómo evolucionaron hasta convertirse en una forma primitiva de escritura, permitiendo el registro de información y conocimientos para futuras generaciones.

Astronomía y Matemáticas:

La observación del cielo y el entendimiento de los cuerpos celestes fueron fundamentales para los Anun—Ka. Enseñaron a los humanos a observar las estrellas, a identificar constelaciones y a comprender los ciclos astronómicos. Estos conocimientos permitieron el desarrollo de calendarios precisos y ayudaron en la planificación de la agricultura. Las matemáticas, introducidas a través de conceptos básicos de numeración y geometría, permitieron a los humanos medir y construir con una precisión antes desconocida.

Ingeniería y Sistemas de Riego:

La tabla también describía la introducción de técnicas de ingeniería para la creación de sistemas de riego. Los Anun—Ka enseñaron a los humanos a construir canales y embalses para gestionar el agua, asegurando un suministro constante para la agricultura. Estas innovaciones permitieron el florecimiento de asentamientos permanentes y la expansión de las comunidades humanas.

Construcción Megalítica:

Finalmente, la tabla detallaba los principios básicos de la construcción megalítica. Los Anun—Ka enseñaron a los humanos cómo mover y erigir enormes bloques de piedra, utilizando técnicas avanzadas que parecían desafiar la tecnología de la época. Estas enseñanzas llevaron a la construcción de impresionantes monumentos que aún hoy son testigos de la grandeza de esas primeras civilizaciones.

KARL, emocionado por las revelaciones, comentó:

—Esto explica mucho sobre los misterios de las antiguas civilizaciones. Siempre nos hemos preguntado cómo lograron construir estructuras tan avanzadas con la tecnología que tenían. Ahora tenemos una respuesta.

Sara, asintiendo, añadió:

—Y también nos da una idea de lo avanzada que era la tecnología de los Anun—Ka. Sus conocimientos de astronomía, matemáticas y construcción son asombrosos.

Lupe, mirando los símbolos con admiración, dijo:

—Es increíble pensar que hace 50,000 años ya había este nivel de interacción y enseñanza. Esto cambia por completo nuestra comprensión de la historia humana.

AMIR, tomando nota de todo, comentó:

—Y aún nos quedan cuatro tablas por traducir. Quién sabe qué más descubriremos.

El equipo, lleno de entusiasmo y curiosidad, se preparó para abordar la tercera tabla, conscientes de que cada nuevo descubrimiento los acercaba más a desentrañar los misterios de los Anun—Ka y su impacto en la historia de la humanidad.

La tercera tabla

El equipo, ansioso por descubrir más, comenzó a trabajar en la tercera tabla. Las inscripciones en esta tabla eran más complejas y detalladas, sugiriendo que su contenido era de suma importancia. A medida que los símbolos eran traducidos, se revelaba una historia inquietante sobre el destino de la Tierra.

La tercera tabla contenía una advertencia sobre un evento cataclísmico que estaba por venir. Según los Anun —Ka, la alineación planetaria del 21 de diciembre desencadenaría una serie de eventos catastróficos.

Los Anun—Ka habían predicho que la alineación de Júpiter y Saturno en el solsticio de invierno generaría una fuerza gravitacional combinada lo suficientemente poderosa como para afectar la estabilidad de los cuerpos celestes en el sistema solar. Esta alineación, rara y significativa, actuaría como un catalizador.

La profecía describía cómo esta fuerza gravitacional conjunta desplazaría un asteroide de aproximadamente 30 kilómetros de diámetro de su órbita en el cinturón de asteroides. Este asteroide, impulsado por la gravedad de Júpiter y Saturno, se dirigiría hacia la Tierra a una velocidad increíblemente alta.

Lupe interrumpió con una voz entre cortada, mirándolos directamente les preguntó?: acaso ¿contextualizan la información que acabamos de recibir?

Sin responder se miraron unos a otros.

  • Déjenme les explico, soy doctora en matemáticas aplicadas, se de lo que hablo. Acercó un tablero y con trazos firmes, como quien dicta una case explicó.

La velocidad de un asteroide al impactar puede ser de aproximadamente 25 kilómetros por segundo.

Si consideramos un asteroide viajando a esta velocidad, podría cubrir la distancia entre el cinturón de asteroides y la Tierra (aproximadamente 300 millones de kilómetros) de unos 138 días a 150 días

La magnitud de la devastación que el impacto del asteroide causaría. Imaginen; La energía liberada sería varias veces superior a la del evento que extinguió a los dinosaurios hace 66 millones de años.

Un cráter de cientos de kilómetros de diámetro se formaría en el lugar del impacto, lanzando miles de millones de toneladas de escombros a la atmósfera.

La onda de choque resultante destruiría todo en un radio de miles de kilómetros.

¡ah! Y no olviden los Efectos Globales:

Los escombros lanzados a la atmósfera oscurecerían el cielo, bloqueando la luz solar y provocando un enfriamiento global significativo, conocido como “invierno de impacto”.

Las temperaturas bajarían drásticamente, afectando la vida vegetal y animal en todo el planeta.

Lluvias ácidas e incendios masivos serían desencadenados, añadiendo más caos al ambiente ya devastado.

El impacto sería tan fuerte que podría alterar el eje de rotación de la Tierra, causando cambios drásticos en los patrones climáticos y posiblemente desencadenando una nueva era geológica.

Lupe miró todo lo que acababa de escribir en el tablero, dejó caer el marcador de su mano y ella también se dejó caer en la silla y oculto su hermoso rostro entre las manos.

KARL, con el rostro grave, comentó:

—Esta profecía es alarmante. La precisión con la que describen el evento y sus consecuencias es inquietante.

Sara, asintiendo, añadió:

—Si esta profecía es cierta, estamos ante un peligro inminente que podría acabar con la civilización tal como la conocemos.

Sara, mirando a KARL con preocupación, dijo:

—Tenemos que hacer algo. No podemos ignorar esta advertencia.

AMIR, tomando nota, comentó:

Analicemos que tan acertados pueden ser esos Anun ka en su predicción, ¿debemos creerles?

  • Bueno, respondió Lupe, por lo que he visto en la pirámide de Teotihuacán y lo encontrado aquí, su historia y la demostración de lo que han sido capaz de hacer con la raza humana y su desarrollo, la verdad. No creo que podamos tener la más mínima duda que es verdad.

—Entonces puntualizo AMIR, si hay una solución está en las tablas así que Debemos traducir las tablas restantes lo más rápido posible. Necesitamos saber si hay alguna forma de evitar este desastre.

El equipo, ahora más decidido que nunca, se preparó para descifrar las siguientes tablas, con la esperanza de encontrar alguna solución o indicación sobre cómo enfrentar la catástrofe que se avecinaba.

Después de haber traducido la inquietante profecía de la tercera tabla, el equipo decidió que era hora de tomarse un merecido descanso para almorzar. Aunque la gravedad de la situación pesaba sobre ellos, sabían que necesitaban recuperar energías para continuar con su ardua labor.

Se dirigieron al jardín, donde una mesa estaba preparada con una variedad de platos locales. El aroma de los panecillos árabes recién horneados, el queso fresco y las refrescantes bebidas les levantó el ánimo.

KARL, tratando de aliviar la tensión, comentó:

—¿Saben? En momentos como estos, es mejor reír que llorar. La risa es una de las mejores formas de mantener la cordura.

Sara, sirviendo un poco de ensalada, asintió:

—Tiene razón, KARL. Necesitamos estos momentos para recargar.

De repente, el teléfono de Sara comenzó a sonar, interrumpiendo la conversación. El tono de llamada era el conocido “Waka Waka” de Shakira, lo que provocó risas instantáneas entre el grupo.

Lupe, aprovechando la ocasión, se levantó y, con una sonrisa pícara, intentó imitar el famoso movimiento de caderas de Shakira. Sus esfuerzos provocaron carcajadas generalizadas.

—¡Vamos, Lupe! ¡Eso es talento escondido! —exclamó AMIR, secándose las lágrimas de risa.

KARL, conteniendo la risa, añadió:

—Nunca pensé que vería esto en una expedición arqueológica y menos en una matemática.

Sara, aun riendo, respondió la llamada rápidamente para evitar más distracciones, pero el buen humor ya había contagiado a todos.

A medida que continuaban disfrutando de su almuerzo, las bromas y risas seguían fluyendo. Por un breve momento, lograron olvidar la carga de la profecía y se permitieron disfrutar de la compañía mutua y la comida.

AMIR, levantando su vaso, propuso un brindis:

—Por la amistad, el trabajo en equipo y la capacidad de encontrar humor incluso en los momentos más oscuros.

Todos levantaron sus vasos y brindaron, sabiendo que estos pequeños momentos de desahogo eran esenciales para mantenerse fuertes y unidos en su misión.

Con el almuerzo concluido y el ánimo renovado, el equipo se preparó para regresar a su tarea. Sabían que tenían mucho trabajo por delante, pero estos momentos de camaradería les habían dado la energía y el enfoque necesarios para seguir adelante.

KARL, con una sonrisa, dijo:

—Bien, es hora de volver a la realidad. Tenemos otras tres tablas que traducir y, con suerte, alguna pista sobre cómo evitar este desastre.

Sara, AMIR y Lupe asintieron, listos para enfrentar lo que viniera, unidos por un propósito común y fortalecidos por la risa y la amistad compartida.

Con un último vistazo a la mesa ahora vacía, se dirigieron de nuevo a la cámara, conscientes de que el tiempo era un lujo que no podían desperdiciar.

Hola respondió Sara que se había alejado un poco del bullicio de sus amigos, tratando de mantener la calma mientras su mente seguía procesando el descubrimiento reciente.

“Sara, tengo información sobre la alineación planetaria que me pediste,” dijo Ahmed, su voz sonando clara a través del altavoz. “El 21 de diciembre, habrá una alineación entre Saturno y Júpiter. Es un evento raro, pero no sin precedentes.”

Sara asintió, aunque Ahmed no podía verla. “¿Y sobre el asteroide? ¿Es posible que esta alineación lo saque de su órbita y lo dirija hacia la Tierra?”

Michael hizo una pausa antes de responder. “Es posible, pero extremadamente improbable. Las probabilidades de que un asteroide sea desviado de su órbita y choque con la Tierra debido a esta alineación son de una en un millón. Dicen que No hay necesidad de preocuparse por un impacto inminente.”

Sara dejó escapar una risita de dolor. “Gracias, Ahmed. Pero parece que este 21 de diciembre la tierra ganara la lotería espacial. Necesitábamos confirmar lo de la alineación planetaria y hace 50 mil años la predijeron con exactitud; creo que le seguiremos creyendo a los Anun ka y continuaremos con nuestra investigación aquí.”

“Buena suerte, Sara. Mantenme informado si encuentras algo más, mañana tengo reunión en el pentágono y pienso comunicarles oficialmente los hallazgos, por favor envíame un resumen, datos, fotos videos etc. Es necesario convencer a esos, manos limpias de corbata, la ventaja es que apenas nombre al profesor KARL MASER; como por encanto todas las puertas se abrieron. Por favor no falles con el informe.” Dijo Ahmed antes de colgar.

Sara guardó su teléfono y se volvió hacia el Grupo, KARL, quien la observaba con curiosidad pregunto. “¿Todo bien?”.

Sara asintió. “Sí, solo una actualización sobre la alineación planetaria. Parece que no tenemos que preocuparnos por un asteroide en el corto plazo.” Todos rieron con ganas—

Brevemente les conto la llamada con Ahmed.

KARL sonrió. “bueno me alegro cuando menos lo escuchen y cuando vean las pruebas que tenemos se van a caer de cu… que digo perdón, de cabeza. Todos se revolcaron de risa.

Ahora, volvamos a esas tablas. Creo que necesitamos descubrir una esperanza de salvación.”

Con los ánimos renovados después del almuerzo, el equipo regresó al interior del laboratorio donde estaban las tablas y el misterioso cubo. Se acomodaron en torno a la cuarta tabla, ansiosos por desentrañar su contenido.

La cuarta tabla.

KARL tomó la delantera en la lectura, sus dedos siguiendo cuidadosamente los símbolos tallados en la piedra. Mientras avanzaba, sus ojos se agrandaron al comprender la magnitud de lo que estaba revelando.

—Esta tabla… Es increíble. Habla de una “Máquina” y una “Cámara”. Es un mecanismo diseñado para salvar la Tierra —dijo KARL, con voz temblorosa por la emoción y el asombro.

La tabla describía una cámara oculta, situada en algún lugar estratégico aún por descubrir, donde se encontraba una máquina de origen extraterrestre. Este mecanismo era capaz de generar un pulso electromagnético de una magnitud inimaginable.

—Según los símbolos, esta máquina puede activarse desde la Tierra para enviar un pulso que saldrá desde la Luna —explicó Sara, señalando los detalles en la piedra.

AMIR, fascinado por la tecnología descrita, añadió:

—El pulso está diseñado para interceptar y desviar el asteroide. La onda electromagnética debería ser lo suficientemente poderosa para cambiar su trayectoria, dirigiéndolo hacia el sol.

Lupe, estudiando las inscripciones más de cerca, notó algo crucial.

—Parece que la máquina no solo depende de la activación en la Tierra. Necesita ser sincronizada con algo en la Luna. Hay un complejo sistema de espejos y conductores que amplifican el pulso.

El grupo intercambió miradas de asombro y preocupación. Entendieron que esta máquina podría ser la última esperanza para evitar la catástrofe descrita en la tercera tabla.

—Pero, ¿cómo la activamos? ¿Dónde está esta cámara? —preguntó KARL, rascándose la cabeza.

Sara, estudiando más a fondo los símbolos, descubrió una serie de coordenadas y un mapa rudimentario.

—Aquí hay algunas pistas sobre la ubicación. Parece que está oculta en algún lugar cercano a la Esfinge, probablemente en uno de los túneles que aún no hemos descubierto completamente.

AMIR asintió, su mente ya trabajando en cómo usar los escáneres y el sonar para localizar la cámara.

—Necesitaremos más exploración subterránea. Pero con esta información, tenemos un punto de partida claro.

La magnitud del descubrimiento dejó a todos en silencio por un momento. Comprendieron que tenían en sus manos algo que podía cambiar el destino de la humanidad.

—Esto no será fácil, pero tenemos que intentarlo. Si esta máquina realmente puede desviar el asteroide, es nuestra mejor y única esperanza —dijo KARL, con determinación.

Lupe, AMIR y Sara asintieron, sabiendo que el camino por delante sería arduo, pero también sintiéndose fortalecidos por la importancia de su misión.

Reunidos alrededor de la tabla, comenzaron a planear sus próximos pasos. Decidieron dividir las tareas: Sara y KARL continuarían explorando los túneles para localizar la cámara, mientras Lupe y AMIR trabajarían en descifrar los detalles técnicos necesarios para activar la máquina.

—Primero, debemos asegurarnos de comprender completamente cómo funciona este mecanismo. No podemos permitirnos errores —dijo Sara.

—Y debemos hacerlo rápido. El tiempo está en nuestra contra —añadió AMIR, consciente de la urgencia de la situación.

Con un último vistazo a la cuarta tabla, el equipo se dispersó, cada uno con un propósito claro y una determinación renovada. Sabían que lo que estaba en juego no era solo su propia supervivencia, sino la de toda la humanidad.

La próxima etapa de su aventura estaba llena de incertidumbre y peligros, pero también de esperanza. Armados con el conocimiento de las antiguas tablas y el apoyo mutuo, estaban listos para enfrentar lo que fuera necesario para salvar la Tierra del inminente desastre.

La cuarta tabla había revelado una posible salvación, pero también les había dejado con más preguntas que respuestas. Ahora, debían encontrar la cámara, activar la máquina y, con suerte, desviar el asteroide antes de que fuera demasiado tarde.

 

La Quinta Tabla: La Llave del Cubo

Después de la revelación de la cuarta tabla, el equipo se encontraba en una mezcla de asombro y urgencia. Sabían que el tiempo apremiaba y que necesitaban todas las piezas del rompecabezas para activar la máquina descrita. Mientras discutían los detalles, KARL, quien había estado revisando sus notas y comparando los símbolos en las tablas, levantó la mano para captar la atención de todos.

—Esperen, hay algo más que debemos considerar —dijo KARL, sus ojos brillando con una nueva comprensión—. La tabla menciona algo sobre un cubo y una pieza que aún no hemos encontrado. Esta podría ser la clave para activar la máquina.

Sara, AMIR y Lupe se acercaron, interesados en lo que KARL tenía que decir. Él les mostró una serie de símbolos en la cuarta tabla que había pasado por alto antes.

—Aquí, estos símbolos indican que el cubo y otra pieza, probablemente similar en material y tamaño, son necesarios para alinear los espejos y conductores que canalizarán la señal electromagnética desde la Luna —explicó KARL.

Lupe, intrigada, examinó el cubo que habían encontrado. Estaba hecho de un material similar al titanio o vanadio, pero mucho más resistente y ligero. Era un artefacto impresionante, claramente de origen extraterrestre.

—Entonces, necesitamos encontrar esta otra pieza. Pero, ¿dónde está? —preguntó Lupe, frunciendo el ceño.

KARL señaló otro conjunto de símbolos en la tabla.

—Aquí hay una pista. Menciona una ubicación subterránea cercana, posiblemente otro túnel que aún no hemos descubierto. Esta pieza debe estar allí, esperando ser encontrada.

AMIR asintió, su mente ya trabajando en la logística de la búsqueda.

—Podemos usar los escáneres y el sonar para localizar cualquier anomalía subterránea. Esto nos dará una mejor idea de dónde buscar.

Con esta nueva información, el equipo comenzó a trazar un plan. Decidieron que Sara y AMIR continuarían explorando los túneles utilizando la tecnología avanzada para buscar la pieza faltante, mientras KARL y Lupe trabajarían en descifrar más detalles de las tablas y asegurar que todo estuviera listo para la activación de la máquina.

—Este cubo no es solo una llave. Es parte integral del mecanismo de activación. Sin él y la pieza complementaria, no podremos alinear correctamente los espejos y conductores para enviar el pulso electromagnético —dijo KARL, con seriedad.

Sara, que había estado observando el cubo, agregó:

—Parece que este material tiene propiedades únicas que podrían ser cruciales para la amplificación de la señal. Necesitamos asegurarnos de que entendemos completamente cómo funciona antes de intentar activarlo.

El descubrimiento del cubo y su importancia añadieron una capa extra de complejidad a su misión. Sin embargo, también les dio un rayo de esperanza. Si podían encontrar la pieza faltante y activar la máquina, tendrían una oportunidad real de desviar el asteroide y salvar la Tierra.

Con renovada determinación, el equipo se dispuso a trabajar. Sabían que la búsqueda de la pieza faltante no sería fácil, pero también sabían que no tenían otra opción. La supervivencia de la humanidad dependía de su éxito.

—Entonces, es hora de encontrar esa pieza. No podemos perder más tiempo —dijo AMIR, ajustándose su equipo.

Lupe, a su lado, asintió con una sonrisa determinada.

—Vamos a hacerlo. Estamos más cerca de lo que pensamos.

Con eso, se despidieron y se prepararon para la siguiente etapa de su misión. La búsqueda del cubo faltante y la activación de la máquina serían cruciales para determinar el destino de la Tierra.

Lupe se dirigió al interior del complejo, KARL, la pudo ver por el ventanal. Como hablaba con una y otra persona del personal, la vio mover sus brazos, y luego volver con la cabeza agachada, y lanzar una mirada fulminante a AMIR.

Quien no se dio por enterado, estaba supervisando que se guardara correctamente el material; las tablas y el cubo.

Sara se acercó. KARL, pensó rápido y como sin importancia dijo alzando la voz para que AMIR y Lupe lo escucharan. Lupe vuelves de una vez conmigo o te vas a quedar un rato ayudando a AMIR a guardar y compilar todo, es que estoy muy cansado y me quiero ir ya, la cabeza me explota.

Lupe; como él lo esperaba, respondió rápidamente, — si eso pensaba hacer, si quier4s adelantare y descansa yo como algo aquí y más tarde voy cuando terminemos, igual deseo correr un programa de análisis a esos signos.

Sara que estaba oyendo, añadió. Yo también me tengo que ir ya, necesito preparar el informe que le enviaré a Ahmed para presentar en el pentágono. — gracias por ayudar a AMIR.

Lupe respondió, sacudiendo un poco satisfecha el cabello. No hay problema, anoche dormí como una piedra creo que hoy puedo trasnochar un rato, no hay problema vayan tranquilos. AMIR y yo nos ocuparemos. Descansen.

El sol ya había comenzado a ponerse cuando KARL regresó solo a la casa. Sentía el peso de la jornada en sus hombros, pero también una sensación de logro y urgencia. Sabía que aún había mucho por hacer y poco tiempo para hacerlo.

Sara se había marchado poco antes, con la intención de terminar el informe que debía enviar a Ahmed. Tenía una cita en el Pentágono al día siguiente y necesitaba asegurarse de que toda la información estuviera en orden. Antes de irse, Sara había compartido un momento de reflexión con KARL, ambos conscientes de la importancia de lo que estaban descubriendo y del peligro que se cernía sobre la Tierra.

—Cuídate, KARL. Nos vemos mañana —le había dicho Sara, dándole un breve abrazo antes de salir.

Mientras tanto, Lupe y AMIR se quedaron en el laboratorio. Había mucho trabajo por hacer: recoger y guardar las tablas, el cubo, y todo el material relacionado con el descubrimiento. Todo debía ser almacenado de manera segura en la bóveda, protegidos de cualquier posible contaminación y, sobre todo, a salvo de ojos curiosos.

—Asegurémonos de que todo esté bien guardado —dijo AMIR, mientras colocaba cuidadosamente una de las tablas en una caja sellada.

Lupe asintió, sus pensamientos divididos entre la tarea en mano y la creciente tensión entre ellos. En los últimos días, la atracción mutua había crecido, y ahora, sin nadie más alrededor, el deseo de estar juntos se volvía casi incontrolable.

Una vez que todo estuvo guardado y la bóveda cerrada, Lupe y AMIR se encontraron en un momento de pausa, sus miradas conectándose de una manera que no dejaba dudas sobre lo que ambos deseaban.

—Estamos solos por fin —murmuró AMIR, acercándose a Lupe.

Ella sonrió, dejando que sus preocupaciones se desvanecieran por un momento. En el silencio del laboratorio, con las sombras de la noche cayendo, se entregaron a la pasión que habían estado reprimiendo, encontrando consuelo y escape en los brazos del otro.

De vuelta en la casa, KARL se dejó caer en una silla, exhausto pero resuelto. Sus pensamientos volvían una y otra vez a los símbolos y las tablas, al cubo y a la misteriosa pieza que aún necesitaban encontrar. Sabía que el tiempo corría en su contra, pero también estaba decidido a seguir adelante.

Miró alrededor, sintiendo la soledad de la casa vacía. Lupe aún no había regresado, y aunque sabía lo que estaba pasando y que ahora era lo que llamaban un santo cachón, decidió no pensar demasiado en ello. Es claro que Lupe como matemática era una profesional invaluable, como su esposa, no valía la pena. Había cuestiones más urgentes que resolver.

Se levantó y fue a su despacho, decidido a revisar una vez más sus notas y prepararse para el día siguiente. La misión que tenían entre manos era de una importancia incalculable, y no podía permitirse distracciones.

En el laboratorio, Lupe y AMIR finalmente se separaron, conscientes de que debían regresar a la realidad y continuar con su misión. Aseguraron una vez más que todo estuviera en orden antes de salir.

—Nos vemos mañana —dijo Lupe, tratando de sonar casual.

—Sí, hasta mañana —respondió AMIR, sonriendo.

Ambos sabían que el día siguiente traería nuevos desafíos y revelaciones. Con la cabeza llena de pensamientos y el corazón latiendo con fuerza, se despidieron y se dirigieron a sus respectivos destinos.

Con la noche ya avanzada, todos se prepararon para descansar, conscientes de que el día siguiente sería crucial. Las seis tablas, el cubo y la misteriosa pieza que aún no habían encontrado eran las claves para salvar la Tierra de la destrucción inminente.

Mientras KARL cerraba los ojos, sus últimos pensamientos fueron para Lupe, Sara, y AMIR, y para la misión que tenían por delante. Sabía que juntos podrían enfrentar cualquier desafío, siempre y cuando permanecieran unidos y enfocados en su objetivo común. Curiosamente no sentía celos, quizá algo de asco, pero seguro se le pasaría.

El destino de la humanidad estaba en sus manos, y no había lugar para el fracaso.

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